Hace poco leí ¿Qué es el arte? de León Tólstoi, un libro que publicó en 1897. En él, Tólstoi advierte que el arte está muy presente en la vida de las personas porque no hay ciudad en el mundo en la que no esté abierta una, dos o tres exposiciones, ni diarios en los que no aparezca algún artículo relacionado con ellas. Pero así como nadie niega que el arte es algo importante, “…no es una cosa clara y precisamente definida, sino algo que los mismos fieles, los iniciados, entienden de diversos modos, tan contradictorios entre sí, que resulta poco menos que imposible saber lo que debe entenderse por arte, y particularmente, cuál es el arte útil, bueno y precioso, el arte que merece ser honrado…”.
Cuando uno pregunta ¿qué es el arte? posiblemente nos respondan que arte es la arquitectura, la escultura, la pintura, la música y la poesía. Quizás también nos digan que el arte es belleza (aunque el concepto de belleza sigue sin poder definirse, porque si bien en muchos momentos de la historia imperó una definición “oficial” de belleza, esto dejó de ocurrir desde que Baumgarten fundó la estética en 1750.)
Pero Tólstoi nos dice que nos equivocamos. Que para dar con la definición correcta de arte no debemos pensar en algo bello y placentero sino que tenemos que considerarlo como una de las condiciones de la vida humana y, de este modo, advertir que es uno de los medios de comunicación entre los hombres. Esto es porque “…toda obra de arte pone en relación al hombre a quien se dirige con el que la produjo, y con todos los hombres que simultánea, anterior o posteriormente, reciben impresión de ella […] un hombre cualquiera es capaz de experimentar todos los sentimientos humanos, aunque no sea capaz de expresarlos todos. Pero basta que otro hombre los exprese ante él, para que enseguida los experimente él mismo, aun cuando no los haya experimentado jamás…”.
Creo que acá hay un punto interesante: el arte es lo que nos civiliza, nos aleja de los salvajes porque presupone nuestra capacidad de conmovernos con los sentimientos ajenos. Si esto ocurre, el arte tiene la capacidad de unirnos convirtiéndose en una de las cosas más importantes, incluso tan importante como el mismo leguaje.
Para Tólstoi el arte tiene una tarea inmensa: “…debe hacer que esa unión pacifique a los hombres, cosa que no se obtiene hoy por los tribunales, la policía, etc., […] el arte debe destruir en el mundo el reinado de la violencia y de las vejaciones. Esta es una tarea que sólo él puede cumplir. Sólo él puede hacer que los sentimientos de amor y fraternidad […] se conviertan en sentimientos constantes, universales, instintivos en todos los hombres […] el destino del arte en nuestro tiempo es transportar, del dominio de la razón al del sentimiento, esta verdad: que la dicha de los hombres consiste en su unión.”
Creo que todos tenemos que ayudar a realizar esta tarea inmensa así sea produciendo, exponiendo, comerciando, criticando o simplemente apreciando el arte. Mi contribución empieza ahora.
Retrato de León Tólstoi de Ivan Kramskoy.