viernes, 31 de julio de 2009

Las columnas de Ledoux





Estas columnas pertenecen a la Salina real de Arc-et-Senans que está en el bosque de Chaux en Doubs en Francia y es la primera ciudad ideal de la era industrial. Es un proyecto de Claude-Nicolas Ledoux, un arquitecto neoclasicista francés y, desde 1982, la Salina es patrimonio de la Humanidad. Ledoux era partidario de la arquitectura con planta social que era un tipo de arquitectura pensada para todas las clases sociales y, por ello, concibe este proyecto como una ciudad social a la manera de las ciudades ideales del siglo XVI. Con ella, pretende simbolizar un nuevo tipo de relación entre el hombre y la naturaleza obtenida gracias al trabajo del hombre.
En el siglo XIX, Ledoux pasó del reconocimiento al desprestigio absoluto; de Quincy, por ejemplo, lo acusaba de haber sometido a la arquitectura a géneros de tortura. Pero en 1933 su figura va a ser reivindicada por Ernest Kaufmann que lo va a señalar como uno de los precursores de la arquitectura moderna; en los ’60 será considerado un utopista y, desde finales de los ’80, se convertirá en un referente para los postmodernos.
La Salina real de Arc-et-Senans era un proyecto que pretendía racionalizar los edificios industriales y los procesos según un orden filosófico. Se pensó como un hemiciclo para reflejar una organización jerárquica del trabajo con zonas destinadas a la producción, vivienda, reunión y demás funciones secundarias.
La Casa del Director del Chaux estaba basada en el empleo de formas simples. Ledoux utilizó formas clásicas paladianas con construcción rústica, algo que el neoclasicismo se encargó de recuperar. Las grandes dimensiones y las formas estáticas concretan una imagen sintética de la reconciliación del hombre y la naturaleza. La Casa posee un acceso pensado como un propileo griego con orden dórico donde la articulación horizontal del muro contrarresta la verticalidad de las columnas formadas por círculos y cuadrados alternados. Además, tiene un frontón en forma de peristilo, es decir, una galería de columnas que rodean a un recinto, algo que se puede apreciar en los patios y edificios públicos romanos. Todo esto impone una idea de orden porque para Ledoux la arquitectura de un edificio debía expresar y marcar la función que se le atribuye.
El historiador Christian Norberg-Schulz dice que las obras de Ledoux suponen un intento fascinante de utilizar caracteres arquetípicos para dar significado a nuevas construcciones y, en ese sentido, plantea uno de los problemas fundamentales de la arquitectura moderna y permite que sea considerado un arquitecto revolucionario.

Para ver todo el complejo entren acá , hay vistas panorámicas y videos de todos los edificios.

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